La vía verde de Ojos negros

Uno de los atractivos más especiales para los amantes de la naturaleza, el senderismo y el cicloturismo.

La vía verde de Ojos negros se convierte en uno de los atractivos más especiales para los amantes de la naturaleza, el senderismo y el cicloturismo. 163 kilómetros separan la antigua estación minera de Santa Eulalia, hasta el municipio de Torres-Torres, en Valencia, 180 kilómetros si ascendemos hasta el pie de las minas de Ojos negros, aunque este tramo no está acondicionado como tal.

            En 1903, el “ferrocarril económico” comenzó a transportar el hierro de Sierra Menera, hasta Sagunto, primero para su exportación, después para nutrir la rica industria de los Altos Hornos. Aquel trazado sinuoso por tierras de tres provincias, Teruel, Castellón y Valencia. Durante 65 años fue rentable y fue el motor económico de unas tierras con un clima duro para sus habitantes, como aún se puede comprobar.

            Después del último viaje de aquel ferrocarril, un 30 de julio de 1972, las vías quedaron solo como la huella histórica de un tiempo de lucha y trabajo. Hoy, recorriendo el trazado de aquel antiguo ferrocarril de vía estrecha, podemos aprender mucho de la fortaleza de los hombres y del orgullo de los pueblos por los que discurría.

            La vía verde de Ojos Negros, la más larga de España de estas características, nos acerca a la naturaleza, guiándonos por bosques de pinos, robles y sabinas. Su discurrir nos introducirá en las sierras del Toro, Javalambre y los valles de Aljambra y Jiloca.

            Ojos negros nos ofrece la posibilidad de dosificarnos su trayecto, siempre paralelo a la actual vía de tren, los que posibilita que acotemos nuestros paseos por tramos. Así descubriremos más de 13 viaductos, algunos de ellos tan singulares como el del río Albentosa, de 7 arcos, o el puente Chisco, de 22 metros de altura.

Adentrarse en la vía de Ojos Negros es emprender un camino lleno de sorpresas, con enigmáticas estaciones de tren abandonadas, una veintena de túneles, puentes, miradores sobre vertiginosos barrancos, embalses, sierras, mesetas, parajes naturales abruptos y escarpados, maravillosos pueblos repletos de encanto  e incluso  el hallazgo de trincheras o un antiguo búnker de la Guerra Civil.

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