Culla leyenda en roca viva.

La última posesión que la Orden del Temple adquirió antes de su desaparición.

Adentrarse en las callejuelas medievales de Culla hace que el visitante escuche los ecos de mil voces de piedra que, desde cada casa y cada portal le narran la historia de un pueblo curtido por el frío, el agua implacable de los ríos Molinell y Monlleó y la severidad de las leyendas templarias.

Fue Culla la última posesión que la Orden del Temple adquirió antes de su desaparición. La ambición por este pequeño pueblo, a caballo entre los territorios de Valencia y Aragón, pudo ser por su ubicación estratégica o tal vez, como señala su mágica histórica, por las fuerzas telúricas que la sitúan en los ángulos de la cruz templaria peninsular.

Pueblo de CULLA (Castellón)

Lo cierto es que su tierra albergó a cátaros huidos de Occitania y que esculpidas en sus rocas se hallan los vestigios del paso de templarios y de sus sucesores de la orden de Montesa. De hecho, la reutilización de las piedras en casas, torres y portales, hace que cada edificio de Culla oculte inscripciones, escudos, grabados, dispuestos a conquistar al ávido paseante que quiera descubrir esos patentes secretos pétreos.

En su casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, podemos visitar las ruinas del castillo, la Casa Abadía, ahora centro de recepción de visitantes, el Antiguo hospital, ahora museo con piezas de gran valor desde la prehistoria hasta el medievo, como el arquero de la Cova del Civil. Pero tampoco podemos perdernos ni El Perxet (porche siglo XIV), la Iglesia del Salvador, la plaza del Pardal, la torre de Fray Pere, el Calvario o la presó (prisión medieval que eriza la piel a quien se atreve a adentrarse en sus pasadizos.

Pueblo de CULLA (castellon)

Hablar de Culla es hablar de historia y piedra, pero también de naturaleza. Lo agreste de su clima y su orografía nos deja espectaculares miradores, cuevas y simas de extrema belleza. Como lo es también el ramaje de la monumental Carrasca de Culla. Dicen que los 35 metros de diámetro de su sombra cobijaron un ejército entero en las guerras carlistas.

Culla es un lugar para perderse en sus calles y parajes y deleitarse en su gastronomía para dejar volar la imaginación y los sentidos.

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