Columbretes, las islas de las Serpientes

Descubre este tesoro del Mediterráneo.

Las aguas cristalinas del antiguo cráter de un volcán se convierten en lugar idílico  frente a las costas de Castellón.

Si alguna vez soñaste en enrolarte en La Hispaniola y encontrar una isla con tesoros, estás llamado a navegar hasta las Columbretes. Solo allí, en la bahía que forma el antiguo cráter de un volcán extinguido podrás sentirte como un auténtico pirata. De hecho, los contrabandistas se resguardaban de la vigilancia al amparo de las la Foradada.

El archipiélago de las Columbretes a 30 millas de la costa castellonense, está compuesto por la Illa Grossa (Isla Grande) y otras islas menores como son la Ferrera, la Foradada y el Carallot. Su riqueza natural y marina lo convierten en uno de los tesoros del Mediterráneo destino imprescindible de los aficionados a la pesca y al buceo, pero también es un lugar investigado por científicos de todo el mundo debido a su altísimo valor ecológico. De hecho, su abundante fauna terrestre y submarina, así como su flora, alejada del continente la han convertido en un lugar singular que se ganó a pulso su declaración de Parque Natural, Reserva Natural y  Marina de especial protección desde 1989. 

Pescadores, contrabandistas y piratas han sido sus visitantes y los fareros sus pobladores construyendo así un sinfín de leyendas.

En 1856 se comenzó a construir el faro de Columbretes que es, junto a la casa del farero, el único edificio de la isla. La torre se eleva 85 metros sobre la isla y en sus inicios guió los barcos con una luz fija blanca que caracterizaba la isla.  Hasta 1975 la isla fue habitada por familias en precarias condiciones, como es muestra de ello el minúsculo cementerio que existe como memoria de aquellos que fundieron sus vidas con las islas.

Precisamente la soledad de este enclave ha hecho crecer la tradición oral popular entre historias y leyendas de naufragios y experiencias mágicas. 

También, las guerras fueron hitos para las islas que vieron surcar sus aguas a submarinos y fragatas ingleses, alemanes y franceses. De hecho, en fondo del mar descansan los restos del barco italiano Cornigliano, bombardeado por las fuerzas austríacas en 1916.

Ahora, toda la riqueza natural, la historia y el patrimonio de la isla es el aliciente de los visitantes que acuden a las islas en visitas guiadas, desembarcando en el mítico puerto Tofiño. Los más valientes se atreven incluso a un baño en mar abierto con el magnífico paisaje de las islas.

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